El viaje de incentivo es una poderosa herramienta de marketing para premiar a empleados, realizar acciones de formación o fidelizar proveedores y clientes. Se conciben para motivar a personas a conseguir determinados objetivos fijados por una compañía y se caracterizan por ser exclusivos y lúdicos. Según un estudio de Incentive Research Foundation, los viajes de incentivo bien diseñados y ejecutados pueden aumentar la productividad de ventas en un 18% y producen un ROI de hasta el 112%.
Estos eventos tienen numerosas ventajas para una marca. Sirven para que los equipos afiancen sus sinergias, para crear y reforzar vínculos con los compañeros, establecer relaciones personales entre los asistentes al viaje y tener una relación positiva y placentera con la marca.
Para organizar un viaje de incentivo, la mejor opción es acudir a una agencia especializada que pueda asegurar el máximo rendimiento de la inversión que supone un evento de este tipo.
Es fundamental en la organización de estos viajes desarrollar un breafing que establezca el número de participantes, las fechas del viaje, los destinos que más gustan, los objetivos, el tipo de alojamiento, las comidas y por supuesto, la agenda de actividades prevista. Hoy tanto los asistentes como la empresa organizadora del incentivo, demandan innovación y creatividad en programas, actividades y experiencias. Al mismo tiempo, se buscan eventos más personales en hoteles y sedes exclusivas cuyo programa contemple más tiempo para el ocio.
Igualmente es importante conocer qué motiva a los asistentes a un incentivo, para poder ofrecer un programa adaptado a sus gustos. Existen varios perfiles de asistentes a los viajes de incentivo, desde las personas con preferencias por la cultura y la visita de museos, otras que son más deportistas y quieren desarrollar actividades físicas o aquellas que le gustan más experimentar los placeres gastronómicos y el turismo de compras. Para responder a todos estos gustos es necesario contemplar un amplio programa que ofrezca diferentes actividades.
Los viajes de incentivo han ido evolucionando y el conocido “efecto wow” también es imprescindible en este tipo de eventos. Ya no basta con que un viaje esté bien organizado, sino que el incentivo tiene que contar con un plus de sorpresa que lo haga diferente y único. En este sentido, contar con animación o con actividades originales está teniendo un papel cada vez más protagonista.
En esta ocasión, os presentamos tres viajes de incentivo organizados desde Vértigo Comunicación en tres destinos internacionales diferentes.
Incentivo Grupo IFA Sur en Praga
Grupo IFA Sur confió en Vértigo Comunicación para llevar a 40 directores comerciales y gerentes de sus asociados andaluces a la ciudad de Praga. Durante cuatro días este incentivo les llevó a hacer un recorrido cultural por los tesoros arquitectónicos más importantes de la ciudad como el Palacio Arzobispal, la Catedral de San Vito o el Viejo Palacio Real. Disfrutaron además, de una visita guiada por el corazón de Praga, de un crucero nocturno por el río Moldava con cena incluida y de un espectáculo en el Teatro Negro de Jiri Srnec.
Incentivo para Juver en Florencia
Este incentivo para la empresa Juver llevó a sus protagonistas hasta la ciudad de Florencia para adentrarlos en la cuna del Renacimiento. Además de los recorridos por la ciudad para conocer algunos de sus encantos culturales y arquitectónicos, también hubo momento para conocer más a la familia de “Los Medici” con un itinerario que los llevo a recorrer La Academia, El Palacio Vecchio y Las Capillas Mediccis. Tuvieron la oportunidad de conocer Florencia en bicicleta y para finalizar el viaje fueron los protagonistas de una cena de gala en un palacio renacentista de la ciudad en la que organizamos una fiesta de época.
Incentivo para Grupo IFA Sur en Lisboa y Cascais
En esta ocasión, llevamos a Grupo IFA Sur a las ciudades portuguesas de Lisboa y Cascais, un viaje en el que el lujo y la exclusividad estuvieron muy presentes. Los asistentes a este viaje pudieron disfrutar del sol de la costa de Estoril y de muchísimo relax en el Banyan Tree Spa. Hubo tiempo para visitar Lisboa en divertidos tuk tuk, comer en los mejores restaurantes de la ciudad, visitar Sintra y recorrer las calles comerciales más emblemáticas de la capital portuguesa. La cena de gala en el Palàcio do Estoril ponía el broche de oro a un magnífico viaje de incentivo por la cultura portuguesa.